Hay una parte del sur de Chile que es asaltada por fiordos e islas. El continente sureño que descansa alejado del resto del mundo a orillas de ese mar no tan pacífico como curiosamente se llama, sufre un desmenuzamiento severo, que lo convierte en una belleza única pero intransitable. La región de Aysén, esa que terminó siendo mi favorita, con la de Magallanes, hasta hace un año atrás estaba desconectada por tierra. Las únicas opciones eran volar en avión o cruzar por tierra desde Argentina.

Pero la compañía Austral Broom, con la intención de conectar -sobre todo a la gente local de ambas regiones- creó una ruta que en 41 horas te lleva de un extremo a otro, partiendo en Puerto Yungay, con destino final Puerto Natales.

En una suerte de odisea contra el tiempo, tomamos la última embarcación de marzo, ya que a partir de abril sale sólo cada 15 días, y yo contra viento y mareas, debía estar en Punta Arenas tomando un avión por un viaje de trabajo a Bolivia.

El sábado 25 de marzo, nos despedimos de uno de nuestros jardines favoritos: Las orillas del Baker a 2 kilómetros de Caleta Tortel, y nos pusimos en marcha rumbo a Puerto Yungay, punto de partida de la travesía.

A las 20:00 hrs estábamos embarcados con nuestra humilde pero acogedora Chirimoya en un gran ferry que nos sorprendió con su impecable atención e instalaciones. Para nuestra sorpresa, las comidas del viaje estaban incluidas y antes de llegar a eso de las 22:30 hrs a Caleta Tortel, disfrutamos con poquita gente de la primera cena. Debo decir que en cada comida se lucía un común denominador: las deliciosas y reponedoras cremas y sopas que brindaban de entrada.

Debo reconocer también que éramos los únicos que estábamos en calidad de pasajeros de lujo, porque el viaje es largo, son 2 noches y no tener una cabina donde descansar horizontalmente, debe ser un tanto frío e ingrato para el cuerpo. Sí hay unas butacas anchas y tienes pantallas para ver películas. Pero nosotros andábamos con nuestra casita a cuestas y dormimos ahí, en nuestro hogar dulce hogar.

El transbordador no sólo ofrece un buen servicio en cuanto a comidas, sino que también hay duchas, muchos baños que siempre estaban limpios y una disposición increíblemente amable de parte de los tripulantes.

Al día siguiente, hay una parada a medio día donde puedes bajar por un ratito a conocer la bella y remota localidad de Puerto Edén, algo así como un Tortel de carácter más rústico y vírgen.

Puerto Edén en un nostálgico día nublado…

De Aysén a Magallanes en TransbordadorPuerto Edén.

Mientras el barco abrazaba las heladas aguas provenientes de los campos de hielo sur, nosotros matábamos el tiempo disfrutando las vistas, jugando cartas, escribiendo, leyendo, comiendo y conociendo a otros viajeros como Javier, que andaba en su camioneta recorriendo los sures del mundo, y quien, sin saberlo en ese momento, sería los próximos días nuestra llave para poder entrar al parque nacional Torres del Paine.

Al tercer día llegaríamos al destino final: Puerto Natales, pero antes, un comité de toninas (una especie de delfín) nos darían la Bienvenida a la última región de Chile: La duodécima región de Magallanes y Antártica Chilena.

De Aysén a Magallanes en TransbordadorLa única que pude capturar fuera del agua, entre la emoción y los dedos desconectados del cuerpo por el frío…

Las toninas (delfines australes) saltaban mientras avanzaban a nuestro paso, como desafiando a una carrera a nuestro ferry y posando para las cámaras de los emocionados turistas a bordo. Un espectáculo inesperado que nos recordaba que estábamos llegando a la última página del mapa.

Precios y consejos antes de embarcar:

– Para chilenos el viaje cuesta 40.000 pesos (precios estudiantes y gente local de ambas regiones)

– Lamentablemente para extranjeros cuesta EL TRIPLE ($120.000 por persona) Por eso muchos optan por bajar por tierras argentinas.

– Los vehículos (autos, camionetas, kombis, casas rodantes, furgones, etc.) se pagan aparte. Vale $12.000 el metro y para que te hagas una idea, una furgoneta como la Chirimoya sale $55.000

– Recomiendo llevar cosas extras para desayunar. Los almuerzos y comidas nocturnas son abundantes y si sobra, no tienen problema en servir repetición, pero los desayunos son bastante escuálidos, hay que decirlo.

– Hagamos un turismo responsable y respetuoso. Recuerda que hay gente que quiere descansar, que hay otros que también se ducharán después de ti, y si fumas en cubierta, llévate contigo las colillas que son altamente contaminantes y la naturaleza y la fauna son las principales afectadas. También ten cuidado con las áreas de piso mojado ya que podrías resbalar y caer!! Y entre los vehículos, debes saber que hay unas correas que te podrían hacer tropezar.

– Los que embarcan la primera noche desde Caleta Tortel se perderán la cena. Si no quieres que eso ocurra, deberás embarcar desde Puerto Yungay, sino, come antes o lleva comida para esa 1era noche 😉 En el comedor hay agua, jugo y agua caliente para hacerte un tecito o un mate, no es necesario llevar un bidón de agua.

Disfruta tu viaje hacia el fin del mundo 🙂

Más información del viaje en transbordador desde Puerto Yungay (Aysén) hacia Puerto Natales (Magallanes) haciendo click aquí.