Bendita suerte la mía. Primero me eligen como ganadora cuando yo nunca gané ni un juego de cartas. Uno de los premios es ser parte de un grupo de travel bloggers que seguía como grupie de banda de rock y estaba por irme a México con todos ellos. Por si fuera poco me avisan que en el viaje iba a volar en globo aerostático al amanecer sobre ruinas mayas. Con lo que me gusta volar, con lo que me fascinan los globos, con lo que me matan los amaneceres y con todo eso que me provocan los lugares llenos de historia.
Eran las 3 am en Ciudad de México. Mentiría si dijera que me desperté a esa hora porque saldríamos mucho antes del amanecer. No pude pegar ojo en toda la noche de la emoción. Es lindo desvelarse sabiendo que el día que se viene será alucinante.
Teotihuacán estaba oscuro y habían un par de globos durmiendo. Tenía hambre y frío. Llegaron unos cafés y unas cajas llenas de donuts y yo perdí mi virginidad con ellas. Nunca había comido esas delicias calóricas redondas con un hoyo al medio. Me aterraba hacerme adicta como alguna vez me ocurrió con el mazapán. Lau no podía creer que fuese mi primera donuts de mi vida. Con la panza llena de azúcar y el corazón galopante me preparé con Ariana y Laura -mis compañeras- y nos metimos adentro de ese canastito junto a nuestro guía y conductor del globo y con el genio que está detrás de la cámara.
El frío se derritió con la primera bocanada de fuego que llenaba el globo de aire. Casi imperceptiblemente, el canasto se separó de la tierra. Mientras preparaba mi cámara e intentaba calmar en vano mi carnaval interno, ya estábamos a una altura de no retorno que abrió de par en par mis lagrimales. Una maravillosa sensación de paz erizó cada poro de mi geografía.
Frente a mí tenía un amplio cielo con caramelos flotantes, uno de los mejores amaneceres que ví en mi vida, a un par de viajerazas sensiblonas que admiro y que, desde ese instante, quiero. Dos amigas del alma que me confirmaron la posibilidad de sostener amistades a distancia. Una venezolana que con su patria herida gritaba «Abueeelo miraaaa estoy volaaando», y a una argentina ciudadana del mundo que abrazaba con sus lágrimas a la nieta de ese abuelo que protegía nuestro vuelo. Cuánto amor y cuántas emociones dentro de un canastito volador, mis lágrimones eran cataratas que regaban esos parches en el suelo. Mis mocos, una forma de marcar territorio en esas pirámides que recortaban el horizonte con su inmensa sombra. No paraba de decir «Gracias» «Gracias Dios, universo, 3 Travel Bloggers y a los mayas por esta oportunidad» Me autopellizcaba para asegurarme que no me había quedado dormida y que todo aquello era un lindo sueño. No podía creerlo! Nuestras sonrisas despeinadas con esa suave brisa eran una señal que me daba la razón: No hay nada como hacer lo que uno ama.
Tras algunas fotos, videos, abrazos bien lloriqueados y con nuestros tamborcitos internos bailando samba, fuimos descendiendo para ser recibidos con los brazos abiertos en las vasta tierras teotihuacanas.
Abajo, nos esperaban con copitas de champagne y sellamos el rito con un buen brindis.
Las comisuras de la boca se me rajaron esa mañana. Han pasado 9 meses de aquel día y la sonrisa del recuerdo aún perdura intacta.
Un poco de historia para ponerlos en contexto
Teotihuacán, en nahuatl significa «lugar donde los hombre se convierten en dioses»
Es una zona arqueológica localizada en las cercanías de la Ciudad de México.
La cultura teotihuacana es una civilización precolombina de MesoAmérica que se desarrolló entre los siglos I a.c hasta el siglo VIII d.c
Su horizonte está dominado por dos enormes pirámides a la que los aztecas llamaron «Pirámide del Sol» y «Pirámide de la Luna».
Declarado como Patrimonio Cultural de la Humanidad, poco se conoce aún de este sitio, que, con una extensión de unos 20 kilómetros cuadrados y alrededor de 150 mil habitantes, llegó a ser una de las ciudades más grandes de Mesoamérica en la época prehispánica, pero que aún resulta un misterio el motivo por el cual fue abandonada.
Agradecimientos
A 3 Travel Bloggers por regalarme la experiencia de volar y por permitirme ser parte de su inspirador equipo de viajerazos.
A Laura Lazzarino de losviajesdenena y Arianna Arteaga de lapequecomeflor por su sensibilidad y la confianza de compartir conmigo un momento intenso, onírico y tan especial.
A Aeroxplora Teotihuacán, la empresa que vuela globos sobre Teotihuacán hace décadas, por su profesionalismo. 100% recomendado!! Esta es su página web: http://aeroxplora.com/
Los guías de aeroxplora, por sus conocimientos y por la energía que transmitieron antes durante y después del vuelo. Por la suavidad del aterrizaje y por la paz que nos hicieron sentir en ese canastito suspendido en las alturas.
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Por supuesto que nuestro día no terminó ahí. El vuelo fue «sólo» un gran aperitivo.
Después vendrían bichos a la carta que tragamos a punta de tequilazos, pasear por el complejo arqueológico y subirnos a las pirámides!! Una jornada redondita 🙂
Si van a México, éste es un paseo por el día que no se pueden perder 😉
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Al final de este post les dejo el vídeo de ese particular capítulo de Cuidad de México. Especial porque estábamos TODOS juntos, especial porque Kayak hizo posible que Juan y Laura pusieran en pausa su travesía a dedo por Africa y llegaran hasta México. Especial porque en este episodio se inaugura el sonido binaural (pónganse los audífonos!!) Y mega especial para mí porque fue mi debut en 3 Travel Bloggers tras ganar el concurso que me abrió la puerta para traviajar con este tremendo grupete!