Antes de comenzar este road trip por Sudamérica escribí en mi bitácora todos esos lugares que soñaba conocer y el glaciar Perito Moreno era una de mis prioridades.
Todos los que me conocen saben que soy friolenta y que vibro más con el calor y las palmeras, sin embargo la Patagonia es un lugar que me voló la cabeza.
Después de recorrer durante 3 meses mi impresionante país (Chile) y de alucinar con nuestra Patagonia, tocó cruzar al país vecino para seguir deleitándose con las bellezas del sur del continente que nos parió.
Así fue como llegamos hasta el último confín del mundo: Ushuaia. Allá donde no existen más caminos. Allá donde el frío traspasa las 4 capas de ropa. Allá donde el viento despeina la sonrisa.
Y desde ahí fuimos subiendo por la Patagonia hasta que llegamos a El Calafate, hermosa localidad a la que llegan miles de turistas al año para admirar una de las maravillas más impresionantes que he tenido la fortuna de apreciar: el famoso glaciar Perito Moreno.
Nuestra primera misión era ver qué haríamos con el Facu. Es sabido que en los parques nacionales y áreas protegidas no están permitidas las mascotas por un tema de preservación de la fauna silvestre. Pasamos varios días en El Calafate tocando el timbre del único lugar que ofrecía caniles para perros pero al parecer estaban de vacaciones porque nos salieron telarañas esperando que alguien nos abriera la puerta.
Así que partimos no más con el Facu al Parque Nacional Los Glaciares. No teníamos intención alguna de esconderlo en la furgoneta porque eso iba en contra de la filosofía que predico en este blog: la de ser un viajero responsable.
Al llegar hablamos con el guardaparques y le dije que no teníamos donde dejar a nuestro perrhijo y que estaba a un par de km de cumplir mi «sueño moreno». Al parecer el chico sabía que con los sueños no se juega -o tal vez sólo valoró mi honestidad- y amablemente nos dió la opción de dejar al Facu en una especie de cocina improvisada que tenían los guardaparques en la recepción de la entrada. Cerraban en 4 horas más así que teníamos tiempo para ir hasta el estacionamiento que está al final y caminar por las pasarelas.
Ese día llovía y al parecer se habían cancelado los tours porque el parque estaba ahí solito para nosotros dos. Uno de los lugares más turísticos y concurridos de Sudamérica sólo para el parcito que detesta las masas de gente? Ya podrán imaginar nuestro nivel de felicidad.
Desde la entrada al estacionamiento la distancia es larga y sinuosa, enmarcada por estepa y bosque patagónico compuesto por 3 tipos de Nothofagus distintos: lengas, ñirres y coigües que embellecen aún más el entorno.
Al llegar al final del camino, estacionamos y nos fuimos directo a las pasarelas que según mis averiguaciones te dejaban frente al glaciar.

Y así fue.

Perito Moreno

Cuando al fin lo tuvimos al frente, el «Wuaaa» de ambos fue al unísono. No dábamos crédito a esa avalancha de hielos milenarios. El Moreno estaba frente a nosotros encandilando con su belleza y magnitud. Nos situamos justo al frente a contemplar sus 60 metros de altura (desde la superficie del agua donde reposa)
Vimos y escuchamos varios desprendimientos de hielo que nos dejaron estremecidos. Y es que es preocupante ver in situ cómo bellezas de este calibre están desapareciendo por culpa del calentamiento global y nuestras irreverentes acciones que atentan contra nuestra naturaleza. Da pena saber que probablemente mis hijos o nietos no lleguen a conocer nunca los glaciares del fin del mundo
Intentamos sacar algunas fotos, pese a la fina lluvia y volvimos por nuestro Facundo que nos esperaba calientito y bien cuidado.
Fue un día INCREÍBLE que quedará por siempre grabado en nuestras retinas y corazones.

DATOS PRÁCTICOS

La entrada al parque se paga SÓLO EN EFECTIVO y cuesta 500 pesos argentinos y 130 para niños y 3era edad. No aceptan otra modalidad de pago y devolverse a El Calafate a sacar dinero te dejará sin ganas de volver porque tampoco está tan cerca.
Puedes ir por tu cuenta si tienes vehículo o mediante un tour previamente contratado por agencia en El Calafate.
El parque está abierto todo el año y al menos cuando fuimos nosotros (abril) cerraba a las 18 hrs.
La navegación que te acerca aún más al glaciar se puede contratar en el mismo parque y cuesta 400 pesos argentinos.
Los tours que ofrecen caminata sobre el glaciar + navegación se escapaban de nuestro presupuesto: cuesta 2400 pesos argentinos (aprox. 200 dólares por persona) y no incluyen la entrada ni el almuerzo.

RECOMENDACIONES:

– Recomendamos mucho ir en otoño. Hay poca gente y los colores son una locura!!
– No arranques las flores. Tengamos en cuenta que la naturaleza tiene aquí miles de años de evolución. Es más fácil adaptarse a ella, que ella se adapte a nosotros.
– Si acampas hazlo en lugares autorizados. Evitemos inaugurar sitios nuevos.
– Ten en cuenta que el agua es uno de sus mayores recursos. No la contamines POR FAVOR!
– Recuerda que detrás tuyo vendrán otras personas. Sería bueno que ellas no encontraran huellas de tu paso.
– Si generas basura regresa con ella. No dejemos en la naturaleza lo que ella no necesita.
– El tour que no pudimos pagar, al parecer vale muchísimo la pena según comentarios de amigos y conocidos… Así que, ponte a ahorrar desde ya!!

 

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