Sí. Es cierto que el tema está de moda. Y me gusta. Me gusta porque me parece importante no sólo predicarlo en plan de generar conciencia, sino llevarlo a la práctica: Turismo responsable, sustentable, ecofriendly, o llámenlo como quieran. Porque no es ninguna novedad que el planeta está en serios riesgos con nosotros como lacra viviendo, consumiendo, destruyendo y agotando los recursos como si nada.

Es sabido que la industria del turismo ha generado muchas ganancias a comunidades o incluso países enteros. Claro ejemplo de ello es Camboya, que si no fuera por las ruinas de Angkor Wat no atraería millones de turistas al año, dando así trabajo en turismo a miles de camboyanos. Pero al mismo tiempo ese beneficio monetario a mermado el equilibrio natural de las cosas.

Los aviones y las emisiones de CO2, la industria hotelera que en muchos casos usa animales como fenómenos de circo o promueve actividades que atentan contra ecosistemas marinos, barren con hectáreas de bosques, etc…y así, una  suma de acciones que van destruyendo nuestro propio hogar.

Hace 22 años, en unas vacaciones con mi mamá, tuve la suerte de conocer el precioso Iberostar Bávaro Resort de Punta Cana. Una maravilla hotelera que besa las arenas blancas y las aguas de tibieza caribeña de la República Dominicana, en el corazón del caribe.

Y hace un par de semanas fui por unos días invitada a conocer la nueva torre del Iberostar de Cancún que acaba de inaugurarse. Un lujazo sólo para adultos, con varios restaurantes, con 156 habitaciones preciosas con hidro masage en el balcón frente a una sinfonía de turquesas, con sistema touch, frigobar incluído, un servicio impecable y como se autodefinen ellos mismos: una empresa con alma.

Los hoteles Iberostar están por todas partes entre Latinoamérica y Europa. En la propia revista del hotel especifican sus tres segmentos así:

Hoteles de ciudad: ubicados en turísticas urbes del mundo.

Hoteles vacacionales: Resorts de playa en primera línea (frente al mar)

Hoteles Heritage: hoteles singulares en su arquitectura con especial significado histórico-cultural.

Y presente en los 3 segmentos, cuentan con la categoría Grand, que es el máximo nivel de excelencia y lujo.

 No pueden negar que mi habitación es de una belleza tamaño México.

Y  no sólo lo recomiendo a ojos cerrados por ser una experiencia sensorialmente placentera, sino además por lo que les comentaba y destacaba al principio: por el compromiso que tienen en el cuidado del planeta y cómo sus prácticas son además un aporte a comunidades locales y ONGs.

Por ejemplo, fue grato enterarme de que el Iberostar que está instalado en Praia do Forte, en pleno nordeste brasilero, está full comprometido con una ONG que preserva y cuida el proceso de desove de las cientos de tortugas que se acercan a dar a luz -en la oscuridad- a sus crías. Pero no es un tema de que aporten sólo monetariamente y ya está, sino que por ejemplo, los focos en vez de alumbrar la playa, los pusieron dándoles la espalda al mar para no encandilar ni estresar a las tortugas. De lo contrario, no podrían desovar ahí, que es su ecosistema ideal (por algo llegan a esos kilómetros de costa)

Y gracias al proyecto desarrollado por Iberostar en conjunto con esa ONG local, decenas de tortugas ya han recuperado su hábitat en Praia do Forte, según la revista Star Magazine, del mismo hotel.

Además me enteré a través de esta publicación que el personal del Iberostar de Cancún recolecta y dona equipamientos a instituciones caritativas, y llevan a cabo una iniciativa llamada «Recyclathon» donde reciclan y reutilizan los desechos, disminuyendo de pasada la cantidad de basura que se genera.

 Uno de los bellos espacios de la nueva torre Iberostar Cancun Star Prestige.

No dejó de llamar mi atención que el A/C de la habitación por momentos se apagaba (no porque estuviera malo sino en plan ahorro de energía), y otras veces funcionaba a una temperatura sutilmente fresca, y no como en otros hoteles, que cruzar el umbral de la puerta es como llegar al Polo Norte!

El uso de ampolletas y televisores con pantalla LED ahorran hasta un 85% de energía!

Y así, con detalles gigantes, Iberostar está haciendo la diferencia en cuanto a turismo sostenible.

Lástima que mi estadía fue tan cortita. Me hubiera gustado explorar más rincones y hacer más actividades.

Y hablando de actividades, les recomiendo contratar los tours que brinda la empresa AllTournative. Serios, profesionales, puntuales, bilingües y muy entretenidos.

Todos quienes fuimos invitados por Iberostar, tuvimos un full day tour con ellos y consistió en:

Visita a ruinas de Tulum – Pirámide de Cobá – Almuerzo en comunidad Tres Reyes – Baño en Cenote + Bendición maya incluída.  En las publicaciones y stories de mi cuenta de Instagram, pueden ver más fotos de ese gran día. Mención especial a Josué, nuestro guía y chofer que -como dije por ahí- merece una pirámide propia por su profesionalismo, buena onda y entrega.

 Tulum, nuestra primera parada en nuestro full day tour hecho por Alltournative

Ya saben, si van a Cancún y buscan un nivel superior y un hotel de alta gama, pues el Iberostar Star Prestige (sólo adultos) es una ecuación que conjuga a la perfección el descanso con actividades de todo tipo. Recarga de combustible en gimnasio, los muchos restaurantes y bares que brinda (por supuesto que hay uno en la piscina!)

Y qué decir de las vistas… Esa sinfonía de turquesas que acompaña desde el amanecer hasta el atardecer, con un balcón con la infinitud del mar caribe de frente y un jacuzzy, es algo que no me molesta tener en mi habitación de productos L´Occitane.

Y la comida? Debo confesar que la competencia es fuerte, teniendo en escala comparativa otros hoteles donde he comido muy bien. Pero si hiciera un ranking, Iberostar seguro pelea entre el primer y segundo lugar de un top 10, y eso es mucho decir porque debo confesar que soy algo exigente en cuanto a sabores, texturas y temperaturas de lo que como. Me gusta cocinar y cuando viajo, el verbo comer ocupa la mayor parte de mi presupuesto y atención. Saludable, abundante y gourmet es mi ecuación perfecta.

Así que, si coinciden conmigo, ya saben donde ir y con quien recorrer la hermosa zona de la Península de Yucatán.

 El balcón de mi habitación y sus encandilantes vistas…