En este cuarto viaje a Europa, el plato fuerte -y motivo principal- fue Croacia, un viaje familiar por el mar adriático y un salpicón de islitas croatas.

Pero el itinerario tenía un antes y un después, y ya que Eslovenia estaba a horas en bus, fue como… por qué no?

Tomamos un Flix Bus (línea de buses low cost de Europa) desde Zadar, Croacia hasta Ljubliana, capital eslovena, por 12 euros cada uno y en 6 hrs llegamos a Eslovenia. De entrada es linda, muy verde, muchas flores por todas partes, muy limpio, muy todo.

Eslovenia

Nos quedamos en un studio subterráneo que quedaba a dos cuadras de la estación donde llegaríamos y desde dónde nos iríamos, y a una cuadra de un supermercado que les recomiendo por sus precios: El Mercator.

Una vez instalados, salimos a leer la capital con los pies. Tranquila y pausada. Cool, alternativa, de un turismo menos fashion que el que vimos en Croacia, de gente amable, de muchas bicicletas, de distancias caminables, de precios más accesibles, de escenarios en cada esquina con músicos callejeros de gran nivel. Una ciudad de mucha juventud, con dragones que custodian puentes, con un castillo a lo alto con lindas vistas del centro y su curvilíneo río.

 

Liubliana

Liubliana (Ljubljana), es el corazón de Eslovenia, un lugar que a pesar de ser la capital es una ciudad que transmite mucha tranquilidad, sobre todo en la zona más céntrica, debido en parte a las grandes zonas peatonales que hacen que pasear entre sus calles sea un auténtico placer. Es una ciudad cosmopolita que goza de un ambiente maravilloso que se puede disfrutar en todo su Casco Antiguo así como en la ribera del Rio Ljubljanica, ideal para tomar algo tras visitar la ciudad.

Ljubliana se encuentra en Eslovenia Central, junto a otras 25 localidades que conforman esta región, en la que la naturaleza, sus monumentos y castillos invaden los verdes campos. Punto estratégico respecto a los países con los que limita como Austria, Hungría, Italia y Croacia. Y sí, su verdor también la ha hecho merecedora a ser elegida como capital verde el 2016 y el 3er país con más bosques después de Finlandia y Suecia.

Alrededor de 270.000 personas habitan en la capital, una ciudad que comparte con el visitante sus vestigios de la época romana, como la ciudad de Emona, o el pintoresco Casco viejo, en el que se halla el Castillo Medieval, la Catedral, la Iglesia Franciscana, el famoso Puente del Dragón que cruza el Río Ljubljanica, el imponente Parque Tivoli o las Marismas de Ljubliana.

EsloveniaLas dos fotos anteriores corresponden a Metelkova Mesto, el barrio under, hipster y de arte urbano. Los graffitis cubren todas las fachadas, pero en Metelkova hay también edificios, antiguos barracones militares, se rodean de esculturas histriónicas, de imágenes desordenadas creando un paisaje que recuerda a algún escenario de las películas de Tim Burton, todo ello reciclando cualquier material que encuentren por ahí.

Y si quieres tener una perspectiva desde lo alto de la ciudad, sube al Castillo de Ljubliana, que lo verás sí o sí desde el centro. A este puedes acceder a pie, por un sendero de dificultad muy baja, o bien en una especie de funicular (pagado por supuesto) y que se sitúa a los pies del cerro que sostiene al castillo.

Al tercer día, y ya habiendo pasado varias veces por las mismas calles y puentes, dimos por conocida la capital y arrendamos un auto para explorar el oeste del país.

De la capital hacia el norte, antes de llegar a Bled, estaba de camino Skofja Loka, un pueblito medieval considerado como el mejor conservado de Eslovenia.

EsloveniaSkofja Loka (la j se pronuncia como i, al igual que en Croacia)

 

Bled

Una vez llegados a Bled e instalados en un Eco Camping a las afueras, fuimos en el auto a explorar la zona y los pueblitos vecinos del famoso lago Bled.

Nos encontramos con un castillo a las alturas, como encaramado sobre rocas, con un lago turquesa, a veces esmeralda, a veces gris, dependiendo de si el sol acompaña, o no.

La sensación de estar en Austria es inevitable por la estampa clásica que hace de Bled, un lago único: Su famosa isla con iglesia típica eslovena como única sobreviviente. Una postal de cuento.

Eslovenia

Sin duda, Bled es el lugar más visitado de Eslovenia, y su lago es el protagonista. Pese a ser de origen glacial, me llamó la atención que siendo friolenta, me haya bañado y haya hasta encontrado el agua templada.

Eslovenia

Mucha gente es atraída hacia la isla con la iglesia por la superstición. Al llegar a la isla, los visitantes suben los 99 escalones de piedra hasta la iglesia de la Asunción de la Virgen. En esta isla de legendarias historias, uno puede escuchar y tocar la campana de la iglesia. Según la leyenda, si tocas la campana y pides un deseo, este se cumplirá.

La iglesia es también un lugar popular para las ceremonias de boda, y uno puede entender por qué algunos quieren casarse en un lugar tan especial. Y según la tradición, el novio tiene que subir a la novia por los 99 escalones, para que su matrimonio sea feliz.

 

Bohinj

Al norte de Bled, un imperdible es Bohinj, pueblo alpino que abraza al lago más grande del país: el Bohinj Lake.

Eslovenia

Bohinj es un valle paradisíaco a los pies de los Alpes Julianos. El Lago de Bohinj, en el corazón del Parque Nacional Triglav, uno de los parques nacionales más antiguos de Europa,  y es además, el lago natural más grande de Eslovenia, por encima del cual se levantan los intactos verdísimos valles alpinos y sus picos montañosos.

Como si fuesen pocos los atractivos naturales que nos brinda la naturaleza eslovena, al suroeste de la capital se encuentra la cueva más grande de Europa.

 

Cueva de Postojna

Imaginen el interior de una cueva de 25 kilómetros, a la que te metes en un trencito para recorrer 5 kilómetros de ésta. Un paraíso subterráneo, frío y con esculturas de estalactitas y estalagmitas, que tras millones de años, llegaron a besarse formando columnas gigantes, caras de personas, y lo que de tu imaginación.

Las estalactitas crecen del techo hacia abajo, las estalagmitas del suelo hacia arriba. Los millones de años se encargan del resto.

 

Eslovenia

La Cueva de Postojna es la prueba concreta de que las cosas más hermosas, toman su tiempo. Está abierta todos los días del año, incluidos los festivos. La visita, que incluye el recorrido en tren y caminata por un camino fácil, dura una hora y media. Cada visita a la Cueva de Postojna se realiza en compañía de un guía que explica de forma detallada las bellezas de la cueva a los visitantes en esloveno, italiano, inglés o alemán. También disponen de audioguías en 17 idiomas. La visita es apta para todos, también para familias con niños pequeños y personas discapacitadas. La temperatura en la cueva es constante todo el año con 10°C, aunque la sensación térmica es como de 6 grados, por tanto lleven ropa de abrigo y calzado deportivo.

Y a sólo 9 kilómetros de la cueva de Postojna, está el castillo de Predjama, al que no alcanzamos a entrar porque llegamos después de las 15 horas a la cueva, y desde Postojna mismo compras tu entrada y parte el bus que lleva a los grupos con guía. De todas formas, y ya que andábamos en auto, fuimos igual a ver el castillo, porque cuándo iba a volver a ver en mi vida un castillo como incrustado entre rocas, mitad dentro de una cueva, mitad asomado para afuera? Probablemente nunca más. Y sí, es bonito, pero no tan espectacular como el interior de la cueva que sí me pareció un imperdible de Eslovenia, de Europa y del mundo. De hecho me llama la atención que no sea una de las maravillas naturales del mundo, porque es realmente impresionante, y no hay foto que le haga justicia a su belleza e inmensidad.

Después de este recorrido de una semana por este pequeño gran país, volvimos a Ljubliana a devolver el auto a Europcar, con una de sus oficinas a media cuadra de la estación de buses, y desde donde saldríamos rumbo a Venecia…

…Pero esa, es otra historia.

Eslovenia

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