Cuando alguien decide dejar lo «cómodo» y lo conocido por un tiempo para irse a conocer el mundo, suelen haber muchos detractores. Gente cercana (y algunos ni tanto) que por miedos, o prejuicios, proyectan sus preocupaciones sobre el viajero y te enumeran un listado de preguntas que eventualmente serian los riesgos y peligros de viajar. Esto ha creado varios mitos sobre el viajar y que resumo a continuación…

* Viajar es caro ( y comer también): Una de mis filosofías viajeras es : «Viajar sale tan caro como tú quieras, o tan barato como tú puedas». No es lo mismo comer en un restaurant elegante con vista a la torre Eiffel, que ir al mercado y comprar frutas, verduras y cocinarte tu mismo un plato de tallarines. No es lo mismo recorrer Europa y saltar de hotel en hotel que hacer lo mismo, pero en Asia (y hoy en día existe un abanico de opciones en el mundo de las hostales y también el maravilloso sistema de couchsurfing del que hablo en otro post) Incluso hay organizaciones donde puedes ofrecerte de voluntario a cambio de alojamiento y comida.

* No se puede vivir viajando: Claro que se puede!! Eso sí, primero debes preguntarte si estás dispuesto a trabajar en el camino. Es posible hacerlo en bares, atender recepción de hostales, recoger fruta, ser babysitter, ayudar en negocios locales por un pequeño «sueldito» en prácticamente cualquier país. A menos que tengas un talento que te permita autofinanciar tu viaje (tocar un instrumento, cantar, bailar, etc.) Cabe destacar, que también hay visas Working Holiday en países como Australia, Nueva Zelanda, Dinamarca (requisito para postular: tener entre 18 y 30 años) y Canadá (hasta los 35 años) y actualmente se han sumado países como Irlanda, Francia, Alemania… Conozco casos de viajeros que llevan años por el mundo, habiendo salido de casa con 500 dólares y una vez que se quedaron sin dinero o trabajaron o recurrieron a sus talentos artísticos (algunos los descubrieron en ese momento y quedarse sin dinero fue lo mejor que les pasó)

Lee aquí mi año en Vancouver, Canadá con la visa working holiday.

«Quedarme en el nido cuando tengo una ala rota, supone más riesgos que largarme a volar sin rumbo»

* Viajar es peligroso: No hay más riesgos en otros países lejanos al nuestro. A menos que vivas en Suiza y te vayas a meter a un país en guerra. Cualquier ciudad o pueblo del mundo tiene gente mal intencionada y como sólo la ocasión hace al ladrón, ni en tu ciudad ni mucho menos lejos de casa te irás a meter sola a un lugar oscuro, de noche, con una cámara Nikon último modelo y cargada de joyas. Quizás mi ejemplo sea un tanto exagerado, está bien, nadie es tan «pavo», pero de todas maneras, y sobre todo si viajas sola, es importante viajar informadas, averiguar y leer en blogs de otros viajeros cómo es la ciudad donde iremos, no buscar sólo la información de lo lindo, de lo fotogénico o de los íconos del lugar que visitaremos, también averiguar el lado B por así decirlo y así saber de antemano donde NO ir a meterse. Recuerda: Información es poder!

* No volverás a encontrar trabajo: algunos dicen que si tienes un año (o más) «vacío» en tu currículum sin haber hecho nada, te preguntarán en la entrevista que pasó!? y en cuanto sepan que has estado de «vacaciones» vagando por ahí, tus posibilidades de encontrar trabajo se reducirán considerablemente. Mentira: una persona que ha estado viajando por el mundo ha conseguido una perspectiva, visión y un aprendizaje, que para muchas empresas es un valor importantísimo. Aquellas que no aprecien eso, no son el lugar indicado para tí y punto. Al menos yo, no quiero vender mis años de libertad y juventud, para una empresa así. Prefiero ser independiente, aunque eso implique inestabilidad económica.

* Viajar es huir: Muchos consideran que aquellos que viajamos por largas temporadas estamos huyendo de algo. De una relación, de un trabajo o de una vida que nos tiene insatisfechos. Incluso una vez me dijeron por ahí: siempre escapas de la realidad! Y es ahí cuando me doy cuenta de que para algunos la línea vacaciones/viaje no existe. Tal vez para esa persona viajar implica un escape de su realidad e ir a sumergirse a una burbuja all inclusive. Pero viajar es para mí justamente ir en busca de otras realidades para después analizar la mía con otra mirada.

Es muy distinto querer escapar, que viajar para aprender, conocer otras culturas, probar otras sabores y de pasada, aprender a cocinarlos, conocer gente y distintas formas de pensar y de ver la vida. Además, huir no te servirá de mucho. Los problemas se van con uno en la mochila, y éstos no se diluyen mientras nos alejamos. Mi consejo es que resuelvas todos tus rollos inconclusos antes de viajar. Así viajarás de verdad ligero de equipaje 😉

* Hace falta hablar bien inglés: Confieso que antes de convertirme en una patiperra a destajo, creía lo mismo. Hasta que me tocó ir a China y hacer el loco a punta de mímica. Me encantaría mostrarles cómo preguntaba dónde está el baño en China. En varios países, un inglés medio «atarzanao» será superior al que hablen los locales. Y si no nos entendemos, o no sabemos decir ni «hello», tenemos manos y pies, podemos dibujar o acudir al maravilloso mundo de la expresión corporal. Cuando hay un buen corazón, hay entendimiento (no se de donde saqué esa frase, pero la leí una vez por ahí) y creo con convicción que la sonrisa es el único y gran idioma universal. : )

Tal vez nos hace falta aprender otra forma de comunicarnos.

* Ya estoy muy viejo para esos trotes: No sé si será un tema cultural o qué, pero esta creencia no la tienen los europeos, los australianos ni los norteamericanos. Sólo en Latinoamérica, y sobro todo en mi país, he escuchado frases tales como: «aprovecha de viajar ahora que eres joven». La verdad es que no me lo dicen hace varios años. Será que a mis 35 años, esa misma gente ahora piensa que ya no estoy para esos trotes?. El problema es que uno lo escucha tanto que termina creyéndoselo. Pero vasta con salir de la pecera, y ver como hay miles de viajeros que doblan tu edad, y hasta tienen mejor estado físico que uno. No hay edades ni limitaciones para viajar. Puedes tener 19 o 89 años y estar dando vueltas por el mundo. Tu estado de salud simplemente limitará las actividades que realizarás pero los límites reales los pone tu cabeza. En mis viajes he encontrado gente muy joven y muy mayor. Viajando solos, en pareja, en familia. Con bebés, con niños o adolescentes…si eres viajero de corazón, la edad no será ni escusa ni impedimento para no aventurarse.

* Para viajar hace falta tener agallas: esto no es un mito, es una realidad. Hace falta tener una buena cuota de coraje para lanzarse a lo desconocido, dejar las comodidades, los afectos y todas esas cosas que seguro echaremos de menos cuando estemos lejos. Se requiere de valentía para tan solo dar ese primer paso, pero te aseguro que lo más duro no será irse, sino volver.

En nuestro país todavía tenemos una visión demasiado crítica respecto a los viajes largos. Somos demasiado conservadores y todo lo que tenga que ver con no tener un trabajo estable, una vida «normal», o un plan a mediano plazo, es tema tabú. El verbo viajar es para muchos, sinónimo de «vagar» (hasta riman) en vez de considerar el viaje en sí como una instancia de aprendizaje y una enriquecedora experiencia de vida.

Hay mucho prejuicio al respecto aún, pero poquito a poco vamos evolucionando.

Al contrario, en otros países no solo está bien visto sino que además se favorece a que los jóvenes viajen, antes y/o después de la universidad o incluso años sabáticos en el trabajo. Para cambiar de aires, conocer otras culturas y empaparse de ideas que después puedan ser aplicables a su vida personal o laboral.

Así que, ya sabes, a poner menos excusas, o simplemente hacer oídos sordos y no escuchar a aquellos que ni siquiera lo han intentado.

Hazlo! Y si te da miedo, pues hazlo con miedo 😉