Así como tendemos a idealizar y tener expectativas de los lugares a los que queremos ir, también lo hacemos con nuestros compañeros de viaje. Es inevitable.

Ya lo dijo Mark Twain: «Si quieres saber si amas o odias a alguien, haz un viaje con él».

Y ya sea en pareja, en familia o con amigos, hay ciertos puntos que hay que poner sobre la mesa y conversarlos antes de viajar juntos.

Cuál es el objetivo del viaje? tanto personal como en conjunto? Fiesta? shopping? desconexión, espiritual, deportivo? Porque individualmente hablando, claro que puedes hacer tus actividades en soledad…Bueno, «Claro» es para mí, pero no por eso voy a asumir que para el otro también lo es.

Y créeme, es muy triste descubrir en un viaje que esa amiga que creías que era tu alma gemela, en verdad es opuesta a ti en formas de pensar y de ver la vida y el mundo. Porque cuando los gustos son opuestos, siempre termina una de las partes adaptándose al ritmo y presupuesto del otro.

Presupuesto
Ufff, este es un tema. Porque si tu plan es irte a hoteles de habitación privada en vez de hostal, tomar taxi hasta para ir a la esquina, en vez de caminar, comer en restaurantes en vez de cocinarte o comerte un sánguche en una plaza, les firmo ante la ley que habrán problemas. Si tu presupuesto es de 20 euros al día y tu compañero va con una tarjeta sin límites, estarán juntos haciendo viajes diferentes. Por eso ¿Nos vamos a todo trapo de vacaciones, o nos vamos de viaje a la aventura? Y qué tal si el viaje es largo? Ya hablaron sobre qué harán una vez que la plata se termine? Y sobre cómo van a generar ingresos en el camino?

Aquí te dejo 7 formas de sustentar un viaje largo

24/7 juntos o tiempos individuales?
Creo que esto es especialmente delicado si viajas con tu pareja y sobre todo si el viaje es largo, porque estaría bien raro que en la luna de miel o vacaciones de una semana no quieran estar todo el tiempo juntos.
Al menos, mi relación (porque cada una es un mundo diferente) está basada en la libertad y el desapego. Yo me largo cada año un par de meses a viajar sola y no hay rollos, así como también hemos viajado por años y dentro de nuestra «rutina» hay espacios de soledad y de actividades que a cada uno nos apasiona. Él toca acordeón, yo salgo a caminar, él hace yoga muy temprano, yo hago fotos, él hace videos, yo escribo, y así nos vamos. Cada cual en su volada, y así tener algo que compartirle al otro después.

Al menos yo, llevo tatuada esta frase en mi cabeza: «Si te cuesta tu paz mental, es demasiado caro».
Piensa en la inversión, no sólo de plata, sino del tiempo y energía que tuviste que meter para conseguir ese presupuesto de viaje.

Elige bien a tu compañero/a. Porque él o ella hará que tu viaje sea un sueño o una pesadilla.

Anita, la mejor compañera de viaje de la vida. Gracias a ella pudimos conocer las Rocky Mountains canadienses.

Y si son muy diferentes, está bien. Tampoco digo que tengan que ser iguales y con los mismos ritmos y gustos, pero es importante que al menos quede claro que no hay rollo de que cada uno haga sus cosas. O bien, siempre hay uno más sumiso que no se hace problema por nada y cede más que el otro. A mí me pasa eso cuando he viajado con mi madre. No puedo esperar que ella camine como yo camino cuando viajo sola que me hago mínimo 10 kilómetros diarios. Tampoco puedo ponerle encima la presión de viajar en plan más hippie y mochilera porque simplemente no es su onda, y la mato si la meto en una hostal. Pero es mi mamá!

Cómo no hacer el esfuerzo con la persona que te dió la vida? Y aunque el viaje no sea como tú lo hubieses hecho sola, la satisfacción de ver a tu madre feliz es impagable.

Ahí el parcito, madre e hija, brindando a medio día un coco loco en Cartagena de Indias. Tras 1 año y 9 meses sin vernos, ahí fue el reencuentro con mis padres. Ya imaginarán la felicidad del momento.

Porque, créeme, la percepción de un lugar va a depender mucho del cómo lo vivas y cómo y con quién lo pases…
Una persona que es egoísta, criticona y tacaña, lo será aquí y en Mongolia. No creas que en Cancún va a ser más buena onda.
Si conoces hace poco tiempo a alguien y viajar juntos es una opción sobre la mesa, fíjate en sus actitudes:
Es floja o más bien activa? es madrugadora o se levanta a almorzar? es quejumbrosa y siempre le duele algo? es mandona? suele comportarse como una persona empática, que escucha con la mente abierta? es amable con el resto?

Por eso, a menos que sea con mi partners de viaje (mi marido, mi perro, y con suerte 2 amigas) prefiero viajar sola y disfrutar a concho de mi propia compañía. A mi ritmo, con mi presupuesto flaco, con mis madrugones, con mis rutinas de ejercicio, con mis meditaciones mañaneras mientras escribo, quedarme pegada tomando fotos, y con todo aquello a lo que no dedico mi tiempo cuando estoy acompañada (a excepción de viajes largos con mis amores)

Mis amados compañeros favoritos (de viaje y de vida)

Mientras mi marido me da alas, y yo me voy sola cada año un par de meses y sin que existan cuestionamientos de ningún tipo, este rubio me hace sentir culpable por no llevarlo.

A esta coreana bella la conocí en un puestito de comida en Guatemala. no tenía dónde sentarse, la invité a mi mesa, y terminamos viajando juntas un par de días.

Lo curioso es que viajando sola conozco a mucha más gente, y al final no estoy nunca sola. Tengo que buscar esos momentos. Y tener esa libertad es impagable.


Viajar acompañad@ también debería ser así de inolvidable.
Y te aseguro que si el/la compañer@ es adecuado, el viaje será de 10 y el lazo entre ustedes, sean familia, amigos o pareja, se fortalecerá.