Desde que entramos a Canadá, hace un año ya, veníamos con la idea de no solo encontrar trabajo y mejorar mi autodidacta inglés, sino también con el fin de conocer Whistler en invierno, y en verano, ir a uno de los paisajes más fotogénicos de Norteamérica y el mundo: las famosas Rocky Mountains en la provincia de Alberta.
Cumplí con creces mi objetivo de trabajar, aprender y mejorar mi inglés.
El año pasó rapidísimo y de pronto nos dimos cuenta que nos quedaban un par de meses y por un tema de visados tendríamos que salir del país antes del 5 de julio. Las ganas de ir a las Rockys eran cada vez más fuertes, sabíamos que se escapaba de nuestro presupuesto, considerando que después de Canadá, se nos venía un largo retorno a casa por el continente americano. El tren, cero posibilidad (impagable), no tenemos auto así que tendríamos que arrendar uno (gasto principal que hacía que el presupuesto se disparara).

Rocky Mountains
Me metí a muchas páginas web a averiguar arriendo de casa rodante (como no contamos con equipamiento de camping y dormir en esos lodges de montaña significa pagar precios que van en contra de mi filosofía viajera, pensé que sería conveniente dormir y cocinarse en la misma casa rodante) pero el arriendo de la camper más la bencina en una semana, nos haría gastar lo que tenemos presupuestado durante un mes en USA. Y así fue como poco a poco empecé a dar por perdido por primera vez en mi vida, un gran sueño. Porque la idea no era solo ir a ver esos lagos turquesas…

Nuestro interés principal era ver con mis propios ojos la fauna salvaje de la zona. Soñaba con ver osos grizzly, y poder fotografiarlos al más puro estilo National Geographic. Así que tomamos la decisión, con mucha pena, de descartar ese bello rincón del mundo, que no es muy accesible para mochileros.
Pero como en esta vida es mejor tener amigos que plata, y como somos afortunados de haber hecho grandes amistades en este año en Vancouver, nuestra querida amiga Anita (otra loca viajera que cree en los sueños) saltó y nos dijo: «no puedo permitir que se vayan de este país sin ir a las rocky…yo los llevo!»

Al principio, confieso que no lo podía creer, pero parece que la propuesta iba en serio, porque si de viajar se trata, la Anita va a todas! Nos juntamos en su casa a planificar, ver lo que necesitábamos llevar, ya contábamos con el transporte (el autazo de nuestra amiga) pero tendríamos que conseguir carpa, sacos, cooler, entre otras cosas. Y así fue como otros grandes amigos (Isa y Pablo) nos prestaron con esa generosidad enorme que los caracteriza, todo su equipamiento outdoor del más profesional que hemos visto. Todo listo! solo faltaba una semana para salir, y nuestra querida Anita se cayó en bici y se quebró un brazo! Era más que entendible si cancelaba el viaje, ya que el diagnóstico era costilla fisurada, un dolor de aquellos al respirar, y mejor ni les cuento lo que era estornudar para la pobre. Pero a ella ni se le cruzó por la mente no ir. Y nos fuimos igual!!
Partimos a las 5.30 am. Se nos venían 12 hrs. de un camino tan maravilloso que se sintieron como 2 hrs de viaje.

Rocky Mountains

Llegamos a las 5:30 de la tarde al camping de Lake Louise.
Instalamos todo y fuimos a explorar los alrededores. Los tres en este viaje, buscábamos lo mismo: animales.
Sobre todo osos grizzly. Y saber de antemano que estábamos en pleno rincón del mundo, donde hay mucha vida salvaje circulando, era tan emocionante como inexplicable. Nunca en mi vida estuve tan atenta al camino. Lista con mi cámara prendida y todo. Y así nos pasábamos gritando dentro del auto más emocionados que niños en Disneylandia.
De pronto, vimos de lejos un grupo de gente a orillas del camino, con cámaras en mano. La Anita aceleró y nos detuvimos en la berma para saber qué estaba mirando la gente. Black Bear! Estábamos frente a nuestro primer oso negro. No tan grande como los grizzly, pero mi emoción y susto de tenerlo tan cerca era tal, que no pude enfocarlo. Mis manos tiritaban y mi pobre cámara saltaba. Me fui un poco frustrada por no poder registrar ese instante. Pero al mismo tiempo tenía una fe ciega de que veríamos más, y así podría tener mi segunda oportunidad de dispararle.
Los días posteriores, nos levantamos a las 5.30 am. ya que al amanecer hay mucha más vida circulando,
y mejor luz para fotografiar.

Rocky Mountains

Rocky MountainsHabía mucha fauna (nervios y adrenalina) pero otro de los protagonistas en las rocky mountains son los paisajes. Sus lagos turquesas son reales (aclaración para personas que me han preguntado si eso existe o es producto del photoshop…mis fotos son sin filtros ni trucos de ningún tipo)

Rocky Mountains

Arriba, Moraine Lake. Abajo, Peyto Lake.

Rocky Mountains

Y como cualquier viaje, vivimos algunas anécdotas dignas de contar:
Nos quedamos en pana de batería, pero no en medio de la nada, a metros de nuestra carpa! y un viajero de otro sitio nos ayudó a revivir el auto.

Nuestra amiga Anita nos cocinó una paella épica con una sola mano y sin luz. Había olvidado mencionar que es chef y que cocina como los dioses.

Rocky Mountains

Un día salimos a pasear y dejamos algunas cosas adentro de la carpa. Al volver, nos encontramos con la puerta de la carpa rajada, bolsas abiertas, tomates y croissants asesinados y todo lleno de comida masticada. Las ardillas, a quienes ya no encontramos tan tiernas, hicieron de las suyas mientras no estábamos. Vaya festín se dieron las golosas!

Sin duda, fue una semana intensa y maravillosa. Dormimos no más de 4 horas cada noche, ya que oscurecía como a las 12 y a las 4 am ya estaba claro, y por opción nuestra, decidimos madrugar para ver y fotografiar a todos los animales que vimos. La compañía fue única, y la comida, fue de una calidad y cantidad superior a la de un restaurant de lujo (y eso que nos fuimos en plan camping)

Cuando nos fuimos del paraíso canadiense, yo seguía pendiente del camino en busca de un alce (el único animal que me faltó ver y fotografiar). Íbamos por una carretera junto a las vías férreas y de lejos divisé un bulto enorme de color café. Un poco más allá, había una familia muy emocionada con cámaras en mano y disparando como locos y paramos. Subí unos metros de una pequeña loma que había al costado de la berma, y vimos al oso grizzly más grande de todos. Desde la cima, fui caminando para ponerme frente a él y así lograr una mejor perspectiva. Estaba comiendo pero sus miradas de reojo revelaban que él sabía que yo estaba ahí. Hasta que me puse en frente y comencé a disparar con la cámara. Cuando de pronto, levantó su cabeza y me miró como queriendo decir «suficiente».

Rocky Mountains

Yo lo estaba mirando a través del visor, y acto seguido, me quedé quieta, solté mi equipo y lo miré embobada y confieso, casi me hago pipí del susto.
Sin darle la espalda, mucho menos correr, retrocedí y bajé mi mirada. Si el oso corría hacia mí, yo no alcanzaba a llegar al auto.
Cuando el destino te pone frente a un oso, debes saber cuándo es prudente retirarte.

Algunos tips:

Ruta: Vancouver-Banff-Jasper-Vancouver.
Duración de viaje: Una semana.
Bencina: 600 dólares Candienses.
Tipo de vehículo: Range Rover. Considera que si vas en casa rodante, es mucha más plata en bencina.

Comida: antes de partir hicimos una compra en supermercado que nos salió 200 dólares (aprox.)
Estando allá compramos unos 200 dólares  más en cosas que no podíamos llevar en cooler desde Vancouver.

Precios de Campings: respecto a este ítem, consideramos que para el nivel de los campings que son impresionantes, y el lugar que es más increíble aún, son bastante baratos, sobre todo si vas en grupo y divides los gastos. Salen en promedio 30 dólares la noche. Nosotros pagábamos un extra de 10 dólares para obtener el permiso para encender fogatas. Un camping sin fogata es como un hot dog sin salchicha. Y pese a que era verano, las noches y madrugadas eran bien frescas. Lleva abrigo!!

Cuidados con la fauna: Maneja dentro del parque a una velocidad prudente, de lo contrario, no solo te vas a perder la posibilidad de encontrar animales, sino que puedes atropellar a uno.
Si ves en el camino un grupo de gente parada mirando «algo» y con cámaras en mano, seguro es un animalote llamativo como un oso o un alce.
En los sitios de camping no deben dejar NADA a la vista o dentro de las carpas, deja todo dentro del auto!!

Qué hacer en caso de un encuentro con un Oso: estos hermosos animales son salvajes, debes saberlo. No comen humanos, pero son muy territoriales. Bajarse del auto por una buena foto implica un riesgo que yo por opción propia tomé igual.
Si se siente amenazado, correrá hacia ti y no dudará en mandarte de vuelta a tu país de un zarpazo. No lo subestimes porque es gordito. Es un animal muy rápido. Lo peor que puedes hacer es darle la espalda y correr. Retrocede de frente pero no lo mires a los ojos. Si estás en zona de osos, mete ruido y ellos se alejarán. Si lo tienes en frente y viene hacia ti, levanta tus brazos y si estás en grupo formen una barrera humana. Espero que no tengas que llegar a ese punto.

En Canadá la cultura de reciclaje, y respeto en cuanto a dejar limpio donde lavaste tus platos, donde te duchaste, donde dormiste es muy importante. Demuestren su cultura y educación respetando las reglas.
Y disfruta de uno de los paisajes más alucinantes del mundo.

Rocky Mountains